Las esperanzas vuelven con fuerza al sector turístico japonés ahora que el país ha relajado de forma drástica sus medidas de control fronterizo por la COVID-19.
“Nuestras expectativas son altas después de dos años de dificultades”, dijo Yoshida Satoshi, líder de una asociación de turismo en Kutchan, parte del área turística de Niseko en Hokkaidō, un destino popular entre los visitantes internacionales.
Japón retiró su límite diario de viajeros que pueden entrar en el país y relajó otras medidas de control fronterizo. Además, ha iniciado un programa de descuentos para el turismo nacional.
Antes del estallido de la pandemia del coronavirus, el área de Niseko, en el norte de Japón, atrajo a más de cuatro millones de turistas en 2019. Los extranjeros representaban el 80 % de los turistas que permanecían al menos una noche. El número anual cayó hasta alrededor de la mitad del nivel de 2019 en 2020 y 2021.
El número de reservas de hotel para el próximo invierno parece haber regresado al nivel previo a la pandemia del coronavirus. Muchas reservas se han hecho desde el extranjero.